martes, 27 de septiembre de 2011

Los niños y la separación


¿Cómo tratar el tema de la separación de los padres?



Para el niño, la familia es importante para su vida ya que en ella se establecen los lazos afectivos más duraderos y es el medio que le da mayor seguridad y soporte para enfrentar el mundo. Sin embargo, cuando la situación de la pareja dentro de la familia se vuelve difícil, una medida necesaria para mantener la armonía entre los demás miembros es la separación. 
Esta decisión afecta a los hijos de distintas maneras y en la mayoría de los casos, los hijos experimentan sentimientos como: miedo, ansiedad, tristeza, pérdida, enojo y confusión.  En los niños menores de 6 años, pueden retroceder en algunas conductas que ya habían superado (como chuparse el dedo u orinarse en la cama) y padecer pesadillas o sentimientos de que la separación se produjo porque se portó mal. En los niños entre seis y doce años, puede bajar el rendimiento académico, aparecer problemas para relacionarse con amigos y retraimiento. Cuando la separación ocurre con hijos adolescentes, el enojo se expresa a veces con actos agresivos como gritarles a los padres. 
Sin embargo los padres que están comprometidos en apoyar a sus hijos antes y después de la separación,  logran que estos crezcan saludables y estables. Por lo tanto, si la pareja está pasando por un proceso de divorcio se recomienda que:   
  • Sean sinceros con los hijos explicándoles lo que sucede con palabras sencillas sin entrar en detalle sobre la razón de la separación.
  •  Recuerden a sus hijos que no tienen la culpa, que los quieren y que estarán siempre atentos para responder a sus preguntas.
  • Eviten hablar mal del otro padre frente a sus hijos. 
  • Pasen más tiempo con sus hijos y eviten en lo posible otros cambios (cambiar de colegio, amigos o habitación). Tanto las rutinas diarias como el ambiente estable generan seguridad en sus hijos.

Carolina Huiza
Psicologa 

http://www.cosasdelainfancia.com/articulos/como-tratar-el-tema-de-la-separacion-de-los-padres.php


Primeros Auxílios


Primeros auxilios pediátricos

Filed under: Material | Tags: manual digital, personal no sanitario, primeros auxilios | mayo 12th, 2011
Post
Éste es el primer post del Manual en formato digital sobre “Primeros Auxilios Pediátricos”. Este manual está destinado a personal NO sanitario que trabaje con niños y se basa en las últimas recomendaciones de 2010 sobre soporte vital básico pediátrico. Al ser digital, su acceso será fácil, rápido y podrá ir actualizándose conforme a los cambios acontecidos en materia de primeros auxilios. Puedes visualizar o descargar tres entregas hasta el momento. Iremos publicando a razón de uno quincenal aproximadamente. Podrás consultarlos desde la categoría Material. Esperamos tus comentarios y aportaciones.

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jueves, 22 de septiembre de 2011

La Importancia de Las Rutinas

TU HIJO NECESITA RUTINAS



Ahora que tu hijo ya es “mayorcito” y lleva un horario algo menos caótico que cuando nació, llega el momento de introducir en su vida rutinas que le faciliten la adaptación total al mundo.Esta frase del psicólogo Rudolf Driekurs resume por qué debemos establecer rutinas en la vida de los hijos: “La rutina diaria es para los niños lo que las paredes son para una casa; les da fronteras y dimensiona su vida. Ningún niño se siente cómodo en una situación en la que no sabe qué esperar. La rutina le da sensación de seguridad”.

DESCANSO, COMIDA...

Efectivamente, las rutinas transmiten al bebé la idea de que las cosas suceden una detrás de la otra, siempre de la misma manera, lo que le ayuda a predecir los acontecimientos, a preverlos y a esperarlos. Todo ello le ayuda a organizar su mundo interior y le aporta tranquilidad y confianza, lo que a su vez le facilita la adaptación a su nuevo ambiente.

El momento ideal para implantar estas rutinas es a partir de los 4 o los 6 meses (depende de cada niño), pues el pequeño ya duerme más horas seguidas y come más, lo que le permite seguir un horario menos caótico que cuando era recién nacido. Las rutinas básicas sobre las que gira la vida de un niño tan pequeño son:

El sueño. Para que tu hijo duerma “cuando tiene que hacerlo” debe aprender a distinguir el día y la noche. Le ayudarás a conseguirlo si le echas a dormir la siesta en su cochecito y dejas algo de claridad en la habitación, y por la noche le acuestas en su cuna a oscuras. Otra buena medida es ponerle una melodía tranquila, siempre la misma, para que la relacione con el acto de dormir.

La comida. Debes darle de comer siempre a las mismas horas. Así su estómago se habituará a trabajar en unos momentos concretos del día y sentirá hambre cuando llegue la hora. También conviene que le alimentes siempre en la misma habitación.

El baño. Puedes bañarle por la mañana, si el contacto con el agua le ayuda a despejarse, o por la noche, si al sentir el agua calentita sobre su cuerpo se relaja y le entra sueño. Lo importante es que lo hagas siempre en el mismo momento del día.

El paseo. Sacarle en las horas más templadas del día, un rato por la mañana y otro por la tarde, es lo ideal.

TODO SON BENEFICIOS
A las ventajas anteriores hay que añadir que las rutinas te permitirán organizarte mejor con los cuidados de tu hijo y disponer de tiempo para ti, lo que te ayudará a estar más relajada y a disfrutar más de tu pequeño.

CÓMO DEBEN SER LOS RITUALES
No existen unas rutinas “modelo” (dependen del carácter de cada niño y de cada familia). Sin embargo, sí conviene que estos rituales diarios sean:

Breves. Porque si se convierten en cadenas de actividades interminables llegan a perder su verdadero sentido.
Constantes. Porque a mayor constancia, mayor automatismo y mejor capacidad para aprenderlos y asimilarlos.
Compartidos. Para que los rituales sean efectivos, todas las personas implicadas en la educación del niño deben practicarlos de la misma manera.

BUENAS PARA LA ARMONIA FAMILIAR


Diferentes estudios sociológicos confirman que las familias que llevan una vida organizada y siguen unos horarios regulares en las actividades diarias de sus hijos discuten menos y se llevan mejor. Esto se debe a que las rutinas convierten en automáticos los momentos más difíciles (dejar de jugar para acostarse, salir del baño para cenar...), lo que contribuye a evitar discusiones y el acúmulo de tensión a lo largo del día.

Miguel Ángel Conesa. Psicólogo







domingo, 18 de septiembre de 2011

Trastorno de estres postraumático en niños y adolescentes


Un 5% de niños de pierde a uno de sus padres durante su niñez o adolescencia, y muchas veces puede ser difícil para los pediatras detectar cuando el duelo normal, por la desaparición, se convierte en algo patológico, como depresión o una adaptación inadecuada al entorno. El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una enfermedad real, conocida tras las guerras, pero que se hizo muy “famoso” después del 11 S. Aparece después de haber vivido situaciones  traumáticas como conflictos bélicos, huracanes, violaciones, abusos físicos, secuestros, accidentes graves, atracos, etc. La persona afectada se siente  estresada y asustada hasta bastante tiempo después de que ha pasado el peligro afectando su vida y a la gente que le rodea.

En el niño se pueden dar circunstancias algo diferentes. La exposición a una amenaza a la integridad propia o ajena la puede vivir con un intenso temor, horror y desvalimiento desproporcionado debido a que es más vulnerable o no ha desarrollado buenos mecanismos de autocontrol psíquico. Por lo tanto la percepción de amenaza o trauma es casi tan esencial o más importante que verdadero impacto del desencadenante al ser el niño menos objetivo en sus apreciaciones.

Los síntomas varían en intensidad pero causan:
  • Sentimientos de que el evento está sucediendo nuevamente acompañados de síntomas físicos como taquicardias, náuseas, vómitos y sensación de mareo
  • Dificultades para dormir o pesadillas
  • Sentimientos de soledad disminuyendo su interés por las actividades en general, presentar regresiones en sus capacidades ya adquiridas, como el habla, orinarse en la cama o presentar trastornos de conducta como interrumpir las clases para disminuir su ansiedad
  • Estados de “hiperactivación” con trastornos del sueño, irritabilidad, alerta constante, dificultades de concentración, respuestas exageradas de sobresalto y a veces, rabietas,  agresividad o explosiones de ira 
  • Sentimientos de preocupación, culpa o tristeza
En los niños menores de tres años, los síntomas más frecuentes son: mutismo, regresión (chuparse el dedo, orinarse encima), temores, pesadillas o terrores nocturnos, y la repetición a través del juego.  Los niños de edad escolar suelen presentar cambios en su afectividad y comportamiento, disminución de rendimiento escolar y abandono de las tareas domésticas en las que solían colaborar.  Los adolescentes y niños mayores suelen sentirse inseguros respecto al futuro, sus expectativas son negativas e incluso pueden llegar a cambiar su actitud frente al matrimonio, la posibilidad de tener hijos y la actividad profesional.

TEPT comienza en momentos diferentes dependiendo de la persona; pueden empezar inmediatamente después del evento traumático o aparecer más tarde con síntomas graves.




viernes, 2 de septiembre de 2011

Adaptación a la Escuela Infantil


Llegó el momento: el Rey de la casa comienza el cole y no sabemos muy bien qué pasará. En principio, le sucederá lo que a todos los seres humanos cuando se enfrentan a un cambio. Tendrá que adaptarse. Ahora sí, la manera en que exteriorizará esa adaptación dependerá en gran medida del niño y de las actuaciones de los papás.

¿Cuáles son las reacciones más comunes en el niño?
         Llanto.
         Rabietas.
         Vómitos.
         Aumento del apego hacia los padres.
         Alteraciones en alimentación y sueño.

Como decimos, en general todo niño pasará por un período de adaptación y no debemos alarmarnos pues se trata de algo pasajero y de breve duración.
Afortunadamente, con un poco de paciencia y buena voluntad, podemos ayudar al niño a afrontar este momento de manera más adaptativa:

  • Lo ideal es iniciar el período con un horario gradual (1 o 2 horas los primeros días), incrementando a medida que el niño se familiarice con la escuela.
  • Es importante una asistencia continuada para facilitar al niño su incorporación a la rutina del centro.
  • Las despedidas y las recogidas han de ser cariñosas pero breves.
  • Sería interesante permitirle que utilice los objetos de apego tanto en casa como en la escuela en estos días.
  • Sed sinceros, decidle claramente que tiene que ir al cole y que lo va a pasar fenomenal.
  • Evitad incorporar más cambios en la vida del niño durante este período (cambiar de habitación, cambiar la alimentación en casa, etc.). Vuestro pequeño ya tiene bastante con asimilar la nueva situación.


Los padres también tenéis que adaptaros a este cambio. Cuanta más información y conocimiento tengáis del centro, más fácil os resultará.


¡Mucha suerte a todos!



Clara Rubio Baudet
Psicóloga de Edu-In y maestra.

jueves, 1 de septiembre de 2011

¡¡¡Cumplimos 20 años!!!

Damos las gracias a todas las familias que a lo largo de todos estos años habéis confiado en nosotras y gracias a las que continuáis haciendo que podamos seguir cumpliendo años y desarrollando nuestra labor como el primer día, con ilusión, devoción y dedicación. 


Gracias, Gracias, Gracias



Ábaco